Lander Lijó fue el español que más brilló en la nueva sede de las WSOP
El jugador vascó fue el último español en caer eliminado en el Main Event y rozó el brazalete en el High Roller de 50.000 $ de entrada. La armada se fue de Las Vegas sin brazalete en esta ocasión.
Tras dos veranos sin World Series of Poker, en Poker-Red volvimos a hacer la maleta para viajar a la ciudad del pecado. La edición anterior se había celebrado en los últimos compases del 2021 y no pudimos ir, por lo que cogímos este viaje con muchas ganas e ilusión.
Se respiraba también cierta incertidumbre en el ambiente debido al cambio de sede de las series, que como ya sabéis habían dejado atrás el RIO All Suites & Casino para trasladarse al corazón del strip, concretamente al Bally’s y al Paris ¿Sería esta una decisión acertada? ¿Funcionaría todo bien en esta primera edición? ¿Mejoraría la experiencia de los jugadores?
Estas preguntas no tardaron en obtener respuesta, solo nos hizo falta poner un pie en el Bally’s y en el Paris para saber que la organización había acertado plenamente con el cambio. Las filas fueron las de siempre, WSOP sigue aprobando por las justas esta asignatura, aunque nos consta que algunos incluso les dan un suspenso en esta materia. Pero, en cualquier caso, todo lo demás podríamos decir que fue como la seda.
Decenas de miles de jugadores pasaron por las mesas de las World Series of Poker durante todo el festival y los grandes salones repletos de mesas les alojaron perfectamente. Había espacio entre las mesas, el aire acondicionado funcionaba a toda potencia y el Wi-Fi soportó sin problemas todas esas conexiones simultáneas. La megafonía funcionaba bien, las pantallas también y por supuesto también la iluminación. Todo a nivel técnico fue un éxito, pero también a nivel organizativo. Los descansos de los torneos volvieron a estar bien coordinados para que los pasillos no se colapsaran, las mesas se identificaban fácilmente y los crupieres estaba en su sitio en tiempo y forma con precisión militar. Todo esto ya ocurría en años anteriores, pero siempre surgen las dudas cuando se estrena una nueva sede.
Al sobresaliente en organización, hubo que sumarle las ventajas de la nueva ubicación. Las WSOP regresaron al strip por todo lo alto y los jugadores pudieron aprovechar su estancia en la ciudad del pecado muchísimo más. Muchos se alojaron en el propio Bally’s o el Paris, pero muchos otros eligieron el The LinQ, el Bellagio, el Flamingo o cualquiera de los hoteles que rodeaban a las WSOP. Para los jugadores fue mucho más cómodo terminar de jugar, salir al strip y disfrutar de toda la oferta gastronómica y de ocio que este ícónico bulevar ofrece. Estamos seguros de que esta va a ser la sede de las WSOP durante mucho, mucho tiempo.
Lander Lijó brilló con luz propia
La peor noticia que tuvimos que dar desde Las Vegas en esta última edición de las WSOP fue que la armada tuvo que volver a España sin brazalete. No nos fuimos de vacío, ya que los nuestros hicieron de las suyas, pero desgraciadamente ninguno logró salir de allí como campeón de ningún torneo.
Entre todos los desplazados a la ciudad del pecado, hubo un jugador que brilló por encima del resto. Cada año hay uno o dos jugadores que nos hacen soñar con algo grande en el torneo de torneos, siempre hay alguno que deeprunea en el Main Event de las WSOP y este año, en el que participaron 8663 jugadores, no fue otro que Lander Lijó.
El jugador vasco comenzó el Main Event con muy buen pie. Lander decidió disputar el Día 1A y terminó como líder de los españoles en esa jornada. El Día 2 también terminó en el Top 3 español, pero en el Día 3 el Main se le puso cuesta arriba y terminó con 204.000 puntos, menos de los que había empezado la jornada y muy lejos de la cabeza del pelotón español, que por aquel entonces era liderado por Dani Triana con más de un millón de puntos.
Pero Lander no había dicho su última palabra y se presentó en el Día 4 con ganas de liarla. Y vaya si lo hizo. En los cinco niveles que se disputaron logró multiplicar su stack por 12 y pasó al Día 5 con 2,5 millones de puntos solo por detrás de los 3 millones de Adrià Díaz.
Llegó entonces el Día 5, una jornada para el olvido en la que cayeron 8 de los 10 españoles que comenzaron la batalla. Perdimos a Adrià Díaz, Daniela Rodríguez, David Cabrera, Ramón Colillas, Carlos Dolader, Lucía Navarro, Toni Mallol y Dani Triana. Solo Lander Lijó y José Jaráiz terminaron con vida.
José Jaráiz cayó en los primeros compases del Día 6 y nos dejaba a Lander como único español en liza. El jugador vasco había llegado al Día 6 con un stack muy profundo, cerca del Top 10 cuando quedaban algo más de 120 jugadores. Pero se le descuadró todo el torneo en una jornada que fue una pesadilla, todo le salió al revés. Lander terminó en el puesto 64 con un premio de 121.500 $ dejando el pabellón español muy alto, pero este no fue su último deep run.
El torneo continuó sin españoles y aunque fue inevitable perder cierto interés por la ausencia de jugadores de la tierra, vivimos con intensidad las últimas jornadas. Alejandro Lococo ‘PapoMC’ cayó también a lo largo del Día 6. El argentino fue uno de los claros protagonistas de este Main Event tras marcarse un farol loquísimo que forma ya parte de la historia de las WSOP.
Hubo más argentinos en liza hasta casi el final, de hecho, uno logró colarse en la FT, pero el ganador de esta edición fue el noruego Espen Uhlen Jorstad, jugador profesional de MTTs.
El jugador noruego se embolsó la friolera de 10 millones de dólares por su victoria, uno de los premios más grandes que se han entregado en el Main Event. Esto fue lo que cobraron los integrantes de la FT.
Tras el Main Event, Lander Lijó tuvo tiempo de jugar el Event #83: $50.000 HR, un torneo que alcanzó los 107 registros y que congregó a los mejores jugadores del mundo mientras las WSOP daban sus últimos coletazos a su calendario.
Adrián Mateos, Sergio Aído y Lander Lijó fueron los representantes de la roja en este evento, pero solo el jugador vasco logró entrar dentro de los 17 puestos de ITM.
Lander nos hizo soñar con el brazalete según iba avanzando el torneo, dominó en varios compases de la fase final, pero finalmente no pudo ser. El vasco se plantó en el HU con una ventaja de 4 a 1 sobre Joao Vieira, pero el portugués logró darle la vuelta al torneo y se hizo con el brazalete y con 1.384.415 $ dejando a Lander con un segundo premio de 855.631 $.
Rozamos el brazalete con los dedos, pero tendrá que ser en la próxima edición. Allí estaremos para contarlo. Suerte a todos en las mesas.